Empecé este texto literalmente sin saber que iba a escribir, de mi cabeza salió una pregunta y quise responderla a medida que iba escribiendo esta nueva entrada para el blog, en la que trato de dejar un poco mi lado serio para explorar otras cosas, como la pregunta que surgió de la nada… ¿Qué se siente al jugar videojuegos?
La respuesta a esta pregunta es muy personal, pero espero que cuando lleguen al final podamos coincidir en algunas cosas. No quiero ser un bicho raro.
¿Qué se siente al jugar videojuegos?… Siempre estamos pensando en que nos gusta jugar y que disfrutamos de pasar algunas horas al frente de una consola, el pc o también el celular. Pero realmente qué estamos sintiendo, cómo estamos viviendo ese momento y qué pasa por nuestra mente mientras resolvemos los acertijos que se nos presentan al frente. ¿O será que simplemente tenemos nuestra mente en blanco y vamos en piloto automático?
Personalmente he sentido las dos cosas. Por momentos solo estoy ahí haciendo lo que sé hacer jugando FIFA y me desconecto del mundo, descanso sin pensar y cuando me doy cuenta ha pasado un buen tiempo. Pero en otros casos, me meto en el rollo de convencerme de lo que estoy haciendo y, también, mientras juego FIFA me armo videos sobre la historia del equipo estoy controlando, su momento en la vida cotidiana, los jugadores que tiene en plantilla y las cosas que le faltan por conseguir. Me dejo llevar tanto que investigo su historial y la cantidad de tiempo que ha pasado sin ganar un trofeo o sus jugadores importantes.
Con el fútbol me suele pasar más seguido, es mi otra pasión. Pero con otros videojuegos también sucede. Hace poco con Call of Duty Modern Warfare me dejé llevar por su historia, que es corta, pero que me hizo pensar mientras jugaba sobre la cantidad de personas que pueden morir sin sentido en una guerra y no es porque COD quiere que lo pensemos, es solo porque me siento dentro del campo de batalla. Aunque luego me descontento de su historia, mato innecesariamente a todo el que se cruce y esté en mi contra. (Tranquilos, solo lo hago en el juego)
Hace un año terminé God of War y la relación entre Kratos y su hijo me hizo sentir extraño, pensar en el amor de un padre de una manera tan brusca, pero tan generosa, que parecen dos cosas contrarias. Luego pensé que mi relación con mi abuelo fue un tanto así, muy seca, pero eso sí cercana, después que él murió me di cuenta de lo mucho que había influido en mi vida y la manera que marcó parte de lo que han sido mis sueños.
Cuando estoy jugando no solo quiero espichar botones para ganar, quiero sentir que lo que estoy haciendo me está retribuyendo algo, ya sea un rato de diversión, aprendiendo cosas nuevas, contándome una historia o poniéndome retos para que la próxima vez que vuelva sea mejor.
Esto último me pasa muy seguido con LOL, donde no tengo una historia que me cuenten o estoy siendo mejor persona por entrar a la Grieta, pero sí me está poniendo en un reto constante, que debo salir de mi zona de confort, aprender cosas nuevas para divertirme más y ahora que con Cristian, el director del blog, estamos intentando ser el mejor dúo ADC-Support que el mundo de League of Legends haya conocido jamás, debo saber guiar (porque él es malito y nuevo) cuando en realidad no soy tan bueno.
Muchos creen que jugar videojuegos es solo pasar el tiempo libre y pues en parte es para eso, pero, así como el arte, el cine, las series, la literatura o el deporte, estar en medio de un juego nos hace sentir cosas que quizás nunca vamos a vivir, conocer historias más allá de las que tenemos diario, inventarnos mundos alternos al que nos cuentan, traer todo eso a la realidad y combinarlo.
¿Qué siento al jugar videojuegos? Eso, que puedo aprender, crecer, conocer, inventar cosas con lo que me dan y todo mientras me relajo ¿Qué sientes tú?
¡@Jdrios7, good game!
¡Nos encantaría saber qué piensas! Deja un comentario.