Cuando se nos pregunta a los amantes de los videojuegos por qué nos gustan tanto, las razones son múltiples, entre ellas resaltan los excelentes guiones y argumentos detrás de cada historia, los increíbles paisajes y escenarios solo vistos en nuestra imaginación, los héroes y villanos entrañables, o, en el caso que hoy nos atañe, el uso de la literatura dentro de las narraciones en las cuales somos protagonistas; como es el caso de Uncharted 3, en donde se nos recita un poema de Thomas Stearns Eliot llamado, La Tierra Baldía, mientras estamos presos de la insolación y el delirio febril.

Para aquellos que disfrutamos esta increíble saga, todavía podemos recordar cuando en medio del tiroteo en un avión, Nate termina perdido en el desierto de Rub al-Khali, al sur de la península arábiga. Aquí, Drake, víctima del constante calor y la fuerte deshidratación, empieza a sufrir alucinaciones. Entre ellas podremos escuchar a una voz femenina diciendo lo siguiente:
¿Cuáles son las raíces que prenden, qué ramas
brotan de este cascajo? Hijo de hombre,
tú no puedes decirlo, ni imaginarlo, pues sólo conoces
un cúmulo de imágenes donde reverbera el sol.
El árbol seco no cobija, el grillo canta monocorde,
la estéril piedra no mana agua. Sólo
hay sombra bajo esta roca roja,
(Ven a la sombra de esta roca roja),
voy a enseñarte algo diferente
de tu sombra que marcha a largos pasos contigo en la mañana,
o de tu sombra, irguiéndose al ocaso para ir a tu encuentro;
voy a enseñarte lo que es el miedo en un puñado de polvo.
Fragmento de La Tierrra Baldía de T. S. Eliot.
Como he dicho arriba, Katherine Marlowe, la antagonista de la historia, es quien presta la voz al poema, haciendo aún más simbólico el delirio de Nathan Drake, pues parece mofarse del padecimiento de nuestro héroe, especialmente con las últimas frases que le dice, como si supiera que sería tragado por las arenas, previendo el destino también de ella al final de la historia. Mientras, Drake, decepcionado y cansado, ya no sabe qué es real y qué no.

Es importante entender entonces que, un juego, que se encuentra ya en su tercera entrega y que nos ha permitido develar los secretos del Dorado, el reino oculto de Shambhala y ahora la ciudad perdida de Ubar (todos mitos y leyendas fuertemente documentados); nos brinda un poema igual de críptico a todo el viaje de Nathan Drake hasta la fecha, que combina a la perfección con lo que siente nuestro protagonista, una búsqueda desoladora que le dé sentido a su existencia, que lo aleje de esas tierras baldías que ahora lo acechan, tanto física como mentalmente. Algo apenas obvio y que nos ha pasado a muchos seres humanos; ese encuentro contra nosotros mismos, que nos hace descubrir la esterilidad de nuestra espiritualidad. Esto, termina por enfrentarnos contra el mismo propósito de seguir existiendo o hacerse a un lado y ser tragado por las tierras yermas.
La respuesta a este dilema es personal y es lo que nos diferencia de otros seres vivos; dudar de nosotros mismos nos permite prosperar como especie, y, en un poema escrito en el periodo de entreguerras, convertido en una de las obras de habla inglesa más influyentes del siglo XX, devuelto a la vida cuando nos lo recita un videojuego, podemos encontrar este tipo de conflictos, de los cuales, si salimos airosos, seremos más grandes y fuertes, logrando avanzar con firmeza hasta el final. Ahora cuéntame, ¿conocías la procedencia del poema? ¿Sabías lo profundo que era? Déjame tus respuestas aquí abajo o en Facebook, Twitter e Instagram.
Calachoowie te dice, see you space cowboy…
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