Reseña de Remorse: The List: el miedo más genérico

Existen juegos que, por su fidelidad al género que pertenecen, acaban por ser simplemente otro ejemplo más de por qué cierto tipo de mecánicas funcionan juntas. La escasez de recursos, la linterna con pilas limitadas, el guardado manual y otras muchas características que son clásicas en los survival horror están presentes en Remorse: The List. El problema, en el fondo, es que no propone mucho más allá de lo básico. Este juego se limita a cumplir con las raíces de su propuesta. No destaca por su trama, que no logró atraparme, ni por su jugabilidad, que es limitada y tiene problemas en el combate. Tampoco se destaca por su estética o su poder gráfico. En las cerca de seis horas que dediqué a esta obra, en busca de un gancho para hilar mi reseña, no encontré más que el prototipo de un género que funciona por sí solo y del que se pueden hacer miles de propuestas iguales.

Remorse: The List se ambienta en un pueblo sombrío hungaro. Nuestro personaje, al ritmo del jugador, debe descubrir lo que ha ocurrido en ese lugar, aparentemente abandonado, en donde solo habitan humanoides sobrenaturales. La historia nunca consiguió atraparme y me dediqué, desde muy temprano, a resolver los acertijos sin conectar demasiado con la narrativa. A veces, cuando un juego es limitado en su propuesta jugable, una buena historia puede salvar las tablas, pero aquí simplemente me encontré con un drama oscuro como varios que he consumido en la industria.

Y cuando digo que Remorse: The List tiene una jugabilidad pobre es porque se limita a cumplir con lo mínimo en muchos apartados. Incluso, debido a la limitación en otros aspectos del juego, como la jugabilidad, el combate también sufre bastante. Contamos con armas de fuego y de cuerpo a cuerpo, pero el ritmo de los ataques de los enemigos, el mapa reducido y los controles básicos (saltar, correr, disparar, golpear) convirtió muchas veces los enfrentamientos en un reparto de golpes entre un enemigo y mi personaje, en el que salía ganador el que más vida tuviera. El cuerpo a cuerpo me obligaba, sí o sí, a recibir daño, y las armas de fuego contaban con muy poca munición como para ser mi arma principal. Al encarar un combate, más que emocionarme, me agobiaba.

Por los demás apartados jugables, debo decir, Remorse: The List alcanza lo que se espera de un survival horror. Aquel que le guste pasar una tarde de domingo con una obra indie de terror y exploración, puede encontrarle gracia al juego. Sus acertijos son buenos, sin destacar, y su mapa tiene varias zonas y ambientes que invitan a explorar. El problema es que este interés se agota muy rápido, bien sea porque no hay una buena conexión narrativa, o porque morimos en algún combate sin sentido y debemos retroceder al lugar de guardado manual (un clásico del género) que hicimos 10 minutos atrás.

Poco más puedo decir. Si te gusta pasar una tarde de domingo con un juego sencillo de terror y exploración, es posible que encuentres algo interesante en Remorse: The List. Quien espere algo más, saldrá decepcionado. Mientras jugué esta entrega de Feardemic (su primera hora la hice en directo), mi sensación fue la de querer jugar a Silent Hill. Dentro de las cosas malas que le puede pasar a un juego es que uno lo pruebe y diga “para lo que veo, mejor me voy a esto otro”. Lamento eso, porque tras una primera hora bastante bajonera, puse de mi parte. El juego, por momentos, quiso darme razones, pero no encontró. Remorse: The List peca de genérico y poco atrevido en su propuesta, lo que le condenará a ser uno más del montón.

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AndyalHabla – What is the downside to eating a clock? It’s time-consuming.

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