Con Doodle God: Evolution, nunca fue más sencillo ser Dios

Creo que el título ya nos ha dicho mucho de qué va esta entrada, pues bien, Doodle God: Evolution es un videojuego desarrollado por JoyBits hace 10 años (fue lanzado en 2010) y en él, somos Dios, nuestro trabajo, crear todo en cuanto conocemos sobre la faz de la tierra y en muchos casos, ir más allá. Ahora disponible para PlayStation 4, además, puedes encontrarlo en Nintendo Switch, Xbox One, Microsoft Windows, iOS y Android, así es, este campeón usa una idea muy sencilla, que consiste en la creación a través de la combinación de diferentes elementos y su ejecución es igual de sencilla, ofreciéndonos un juego muy entretenido, que puede ser ejecutado en cualquier dispositivo. Entonces, que se haga la luz; arranquemos con esta reseña.

Como en reseñas anteriores he empezado por el apartado artístico. En este caso, resulta igual de simple que el juego; disponemos de un escenario general, en donde podemos ver nuestro planeta, formado solo por tierra y agua, y en donde irán apareciendo nuevos objetos una vez hayan sido creados, lo cual mejora considerablemente el paisaje desértico que nos encontramos en el inicio. Destacar igual manera que, este está hecho a mano, pero no aporta mayor profundidad al juego, pues todo está centrado en los iconos con los cuales debemos combinar diferentes elementos. Por otro lado, podemos hablar de la música, la cual cambia según el capítulo en que nos encontremos, logrando mejorar la inmersión del juego y resaltando los elementos que aparecen en pantalla.

La jugabilidad resulta ser atrapante si estás en un dispositivo portátil, pues, se pierde un poco en consolas, pero más adelante retomo este asunto. Nuestro objetivo principal es crear ¿cómo? A través de la combinación de diferentes elementos, por ejemplo, si combinas fuego y arena, obtendrás vidrio. De hecho, el juego resalta que nuestra imaginación es el límite, y es que estas reacciones pueden ser reales, como la que explicamos más arriba o más metafóricas, por ejemplo, combinar el elemento auto (coche) con aire, dará como resultado un avión. Por lo tanto, nuestro conocimiento, tanto científico como popular, serán de vital importancia para sacar a la luz diferentes creaciones. Esto conlleva al que el juego en un principio sea muy divertido, pues con pura intuición podremos ir develando nuevos elementos, sin embargo, aquí es donde se empieza a complicar el asunto, pues al comienzo del juego contamos con cuatro grupos básicos: agua, fuego, tierra y aire (recordé Avatar 😍), y todas nuestras creaciones empezarán a llenar estos grupos, alcohol, lava, arena, vapor, respectivamente. Luego empezarán a aparecer nuevos grupos, llegando a completar incluso 24 de estos, entre herramientas, vehículos, plantas, animales, etc. lo cual, en vez de diversificar el proceso creativo, lo dificulta, por lo tanto, en un punto, empezarás a mezclar todos los elementos de las formas más absurdas que puedas, a lo loco, como dirían muchos (a lo chambón, como se diría en Colombia), pues resulta absurdo pensar que el hielo es la combinación del agua con el vidrio.

Ahora retomo lo del dispositivo portátil; pues es un juego diseñado para pasar el tiempo en nuestros ratos libres, intentando descubrir las combinaciones; sucede entonces, que después de la primera hora, en la consola, tenía cara de aburrido mientras intentaba descifrar la lógica que usaba el videojuego, mezclando dinosaurios con barcos, esperando que saliera una creación incoherente. Menos mal, el juego cuenta con pistas que puedes comprar o adquirir de manera gratuita usando una ruleta, o sino la experiencia sería más desastrosa y las caras largas llegarían hasta el suelo, y es que es el mismo Doodle God que se viene jugando en celulares desde 2010, nada nuevo se ve en él, por lo que resulta un tanto castroso dedicarle demasiado tiempo en tu Xbox o PS cuando tienes tantos títulos pendientes esperando en el Game Pass o la estantería.

Que sabio es Jean Cocteau.

Para terminar, puedo decir que es un juego que cumple raspando su objetivo, te divierte. Repito, es muy evidente, que este fue pensado para dispositivos portátiles y como punto muy a favor, resalto las continuas referencias que se usan después de una mezcla exitosa, en donde citan a autores desde Aristóteles y Liev Tolstói hasta Full Metal Alchemist y Homero Simpson, lo que otorga de gracia y sabiduría cada progreso que damos en el juego.

Hasta aquí la reseña, que espero hayas disfrutado. Pero, al igual que Dios descansó al séptimo día, después de haber contemplado su creación, yo descansaré de Doodle God un buen tiempo, hasta que me den ínfulas de creador de nuevo. Déjame tu comentario aquí abajo si ya probaste este juego o cualquier otro pensamiento mortal, también puedes hacerlo en Facebook, Twitter e Instagram.

Calachoowie te dice, see you, space cowboy…

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