Ghostbusters: Afterlife, una saga que regresa del más allá

La ventaja de vivir hacia el sur de la capital fue inesperada, pues gracias a ello pude asistir a un preestreno, el cual se realizó en la sala IMAX del Centro Comercial Plaza de las Américas. Debo destacar la puntualidad del evento, a las 10 de la mañana se abre la sala teniendo oportunidad para fotografiar a quienes fueron disfrazados, logrando ver a varios cazafantasmas entre el público, con sus overoles y disparadores de protones. A las 11 de la mañana inició la función de una película producida Bron Creative, en conjunto con Ghost Corps, Right of Way Films, The Montecito Picture Company, Brillstein Entertainment Partners con el patrocinio de Columbia Pictures bajo distribución de Sony Pictures Entertainment (esta última parte de las productoras la copié y la pegué de Wiki, me dio pereza), y pues, aquí arrancan las primeras impresiones que tuve de Ghostbusters: Afterlife.

Hay que empezar por las bajas expectativas que tenía de la película, es bien sabido que los clásicos de 1984 y 1989 de los Cazafantasmas, se han convertido en un hito dentro de la cultura ochentera y por lo mismo, fueron disfrutados por este país tercermundista en los 90. Por lo tanto, los millennials colombianos amamos gran parte de lo producido en este tiempo y como adultos que somos, miramos hacia atrás con nostalgia y odiamos todo lo que a los jóvenes les gusta, así es, nos hemos convertido en Abraham Simpson.

Además, es importante resaltar lo mal que le fue a la versión de 2016; no voy a entrar en el debate de que haya sido por el elenco femenino (y lo misóginos que seguimos siendo), o porque los reaccionarios llaman inclusión forzada a los cambios en el siglo XXI o por lo que sea. El hecho es que el problema está ahí: es tremendamente difícil adaptar actualmente películas y títulos que son instituciones culturales de, por decirlo así, nuestra época. Esto explica lo complicado que es para todas estas nuevas producciones que se paran sobre el pasado, soportar la crítica y la gran cantidad de fans resentidos, y desgraciadamente, me incluyo.

Todo lo anterior para decir que, Ghostbuster: Afterlife (El Legado en Latinoamérica), me gustó, me resultó divertida. Hecha para diferentes edades, lo que hace que sea familiar y se pueda disfrutar sin importar tu rango etario (es decir, sin importar que seamos treintones), y, sin embargo, no llega a ser demasiado dulce y empalagosa. Quiero resaltar también lo significativo de que no fuera un reinicio (reboot), sino que la peli se presenta como una secuela, por lo tanto, eso le permite avanzar en la trama sin estar totalmente en tierra de nadie, pues, en los primeros minutos entendemos que los protagonistas están estrechamente ligados a los antiguos cazafantasmas, además de que se hace referencia a los eventos ocurridos en Nueva York en los años 80.

Los easter eggs también son constantes, así que los fanáticos más asiduos entenderán muchas de las situaciones que se presentan. A pesar de esto, es fresca, pues tenemos a un casting que reconocemos curiosamente de producciones paranormales, como es el caso de Finn Wolfhard (It y Stranger Things) y Mckenna Grace (The Haunting of Hill House y Annabelle Comes Home). Además de la participación Paul Rudd, el hombre más sexy del mundo (revista People), situación que solo podría mejorar la película.

En conclusión, te recomiendo ir a verla, no saldrás decepcionado. De hecho, te llevarás una grata sorpresa hacia el final de la proyección, una a tal grado que hizo aplaudir a la sala de cine completa. Entonces ya sabes, si no tienes un plan para este fin de semana, Ghostbusters: Afterlife es una excelente opción. Si vienes del futuro y ya la viste, dime ¿qué te pareció? El equipo de La Vida es un Videojuego leerá tus comentarios con gusto aquí o en Facebook, Twitter e Instagram.

Calachoowie te dice, see you space cowboy…

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