ALERTA DE SPOILERS: ESTE TEXTO TIENE SPOILERS DE LA SERIE DE THE LAST OF US Y DE SU NARRATIVA PARALELA EN EL JUEGO.
Tras dos episodios casi introductorios a la trama principal de The Last of Us, HBO amplía el universo para cambiar la historia de dos personajes y proponer su propia versión de lo que sucedió con Bill (Nick Offerman) y Frank (Murray Bartlett). A diferencia de los episodios anteriores, en los que casi siempre se limitó a modificar detalles de los hechos sin cambiar demasiado la biografía de los personajes, la serie apuesta esta vez por romper el molde y contradecir a la versión original. Trae en este episodio una bella historia de amor a la que el juego apenas dedica una cinemática que muestra un panorama entre los amantes totalmente distinto. Para explotar su propuesta, la serie sacrifica tiempo en pantalla de Joel (Pedro Pascal) y Ellie (Bella Ramsey), que exploran en el episodio 3 las dinámicas de su dependiente compañía, pero de manera demasiado superficial. Este es el primer capítulo que los muestra solos en la aventura y habría agradecido ver un crecimiento menos vertical en su relación de confianza y roles.
Antes de hablar de los puntos altos del episodio, que son muchos, prefiero comentar ese lunar que encontré en el guion. Tras la muerte de Tess, Joel y Ellie se enfrentan a una relación tan directa como incómoda camino al pueblo de Bill. Tanto en ese espacio, como en los problemas que solventan junto al neurótico personaje (que sí encuentran vivo en el juego), nace una dinámica entre Joel y Ellie de tira y afloja, en la que él se ve forzado a confiar en ella por necesidad y no por elección. A través de estos espacios, nacen diferentes dinámicas que son necesarias para entender lo que sucede en su siguiente parada. La serie aborda las problemáticas de la relación de manera simple y las limita a la discusión de si Ellie debe o no portar un arma. Para justificar este enfoque, el episodio muestra en sus escenas finales cómo la adolescente agarra una pistola a escondidas del apartamento de Bill y Frank. Si bien esto permitirá que la relación evolucione, me habría gustado que el episodio profundizara más en ellos, así superara la hora de duración
Dicho lo dicho, debo perdonar a HBO por privarme de un desarrollo más amplio de la relación principal, pues a cambio me ofrece una historia que no esperaba y que me dejó con lágrimas en los ojos. The Last of Us (Lo último de nosotros, o los últimos de nosotros, como prefieran) destaca como universo por mostrar la complejidad de la especie humana, llevada a un entorno que ya no domina. Para la historia de Bill y Frank, el juego propone una relación sumisa del segundo hacia el primero. Al final, el temperamento neurótico y obsesivo de Bill hace que el otro escape y se suicide tras ser infectado. La serie quiere dar un poco de luz a su trama y reescribe a estos personajes. El resultado es una historia de amor que deja un mensaje clave para Joel: sin importar lo difícil que sea sobrevivir, siempre se puede encontrar una razón. Bill salvó a Frank y Frank salvó a Bill. Se aislaron del mundo y se amaron como muchos no consiguen amar, ni siquiera en nuestra realidad.
El romance detona cuando, al conocerse, Bill no logra mantener su apatía por la humanidad con Frank y lo invita a su burbuja por un rato, en la que hay energía, acueducto, vino, cena gourmet y… un piano. Mientras Frank se maravilla con la vida que lleva su anfitrión, Bill se rinde ante la primera compañía que no solo soporta, sino también disfruta. Por eso, cuando Frank decide tocar el piano antes de irse, en vez de insistir que se largue, Bill le corrige la interpretación de una canción y deja que el momento lo lleve. La escena me recordó a ciertos espacios de The Last of Us Part II que no revelaré. Dejo la píldora para quien entienda. Solo diré que esa interpretación musical con voz quebrada y notas erradas es marca de la casa y se relaciona con el amor.
En su apuesta rebelde, HBO aprovecha para explicar cómo se conocen Bill y Frank con Tess y Joel. La escena, si bien surrealista para el contexto de la trama, habla mucho de lo que es depender de la pareja, pero también de los amigos, en un contexto en el que confiar es un lujo muy escaso. Joel advierte a Bill de los peligros y puntos débiles de su pueblo, pues le advierte que debe protegerse de grupos saqueadores, más que de infectados o de FEDRA. El tiempo le da la razón y Bill, a pesar de no desarrollar una relación cercana, descubre en Joel una figura destinada a proteger. Incluso, en un momento que cree que va a morir, Bill le dice a Frank que busque a Joel para estar acompañado. Después de su muerte y la de Frank, deja a Joel todo lo que tiene para que cuide de Tess, misión ya imposible que el protagonista modifica hacia Ellie.
Quizá por eso, aunque el episodio puede considerarse un (buen) relleno, HBO consigue que su propuesta afecte la trama principal y maquille la falta de desarrollo de los protagonistas durante este espacio. Además, aunque veo la decisión narrativa como un excelente capricho, podría argumentar también que la historia de la serie no habría soportado que este Bill conociera a una Ellie inmune. Aunque este personaje tiene un temperamento semejante en el juego, cuenta con mejor tecnología y más tiempo para examinar a cada visitante que recibe en busca de la infección. En este relato, que Bill no le hiciera una prueba a Ellie o que le creyera su inmunidad tras hacerla habría roto el personaje y su contexto de aislamiento casi perfecto. Además, a diferencia del juego, la serie necesita justificar los diferentes atuendos de los personajes, así como la manera en la que se mantienen con suministros. Con Bill y Frank vivos, Joel y Ellie no habrían podido salir suficientemente abastecidos del pueblo. Esta es una serie que cuida este tipo de detalles para generar el mayor realismo posible.
Por eso, dentro de las escenas dedicadas a Joel y Ellie, rescato aquella en la que ella encuentra tampones en un sótano. No es necesaria, pero le da peso a la apuesta de la serie por mostrar una narrativa muy completa. Hace poco escuché a los streamers Masi e Illojuan preguntarse por cómo harían los humanos en ese contexto para tener sexo sin desatar una ola de enfermedades ni embarazos. Seamos francos, no hay línea de producción de condones y la gente no va a dejar de follar. Son preguntas muy secundarias, como las del manejo de la regla de Ellie, y proponer una respuesta refuerza la narrativa.
El episodio tres sirvió para que la audiencia explore el mundo de The Last of Us más allá de la historia principal. En su momento, Neill Druckmann comentó que esta versión quería apostar por ampliar el universo y así fue el domingo. En lo último de nosotros, aún queda una bella historia de amor en la que dos personas pueden armar su paraíso y quererse hasta la muerte. Es una luz en la oscuridad, como dicen Las Luciérnagas. Algunos atacarán a la serie por contradecir al juego, pero yo veo en este episodio una historia completamente alineada a lo que pretende contar The Last of Us. Es una propuesta que narra y expone muchos temas que el juego explora. Sí, contradice la versión original, pero mantiene su fidelidad a la idea. Aunque la relación de Joel y Ellie necesitó más espacio en este capítulo, me doy por maravillado con este cuento de amor pandémico.

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AndyalHabla – What is the downside to eating a clock? It’s time-consuming.