ALERTA DE SPOILERS: ESTE TEXTO TIENE SPOILERS DE LA SERIE DE THE LAST OF US Y DE SU NARRATIVA PARALELA EN EL JUEGO.
El debate alrededor de si The Last of Us era una trama con un guion que podía llevarse a la televisión nació desde el primer momento, por allá en 2013, que vimos las cinemáticas del juego. En particular, la escena que más difusión y admiración consiguió fue aquella discusión en el rancho de Joel (Troy Baker -en el juego-) y Ellie (Ashley Johnson -en el juego-) cuando ella se entera de que su acompañante quiere dejarla con su hermano y seguir su vida solo. Todo en esa cinemática, desde los diálogos hasta las expresiones y tono de los personajes es uno de los mejores momentos narrativos del videojuego. Tras 12 años, por fin podemos hablar de la transformación a televisión de dicha escena, y de un capítulo que gira completamente alrededor de la pelea que tienen Joel (Pedro Pascal) y Ellie (Bella Ramsey) en Jackson County. Para cumplir su objetivo, eso sí, el episodio 6 de la serie de HBO renuncia a muchos espacios de acción y se dedica totalmente a las relaciones de sus personajes.
Dejaré de lado la escena en cuestión para retroceder y hablar del inicio del capítulo. A diferencia de la historia que propone el juego, Joel en esta serie no conoce el paradero de su hermano. HBO resuelve esto con la pista que este recibe en el primer capítulo sobre una estación de radio que su hermano usó para envíar el último mensaje. Desde entonces, Joel se agarra a esa información, y el episodio inicia con él y Ellie apuntando con sus pistolas a una pareja de tercera edad para que les den información y les expliquen dónde están, pues nuestros protagonistas no son muy dados a la navegación con mapa. Tras ubicarlos, la pareja les advierte que al atravesar un río cercano hacia el oeste solo hallaran muerte, pues el territorio es controlado por un grupo de personas despiadadas. De esta manera, el episodio consigue que el reencuentro de Joel con su hermano Tommy (Gabriel Luna) sea más una casualidad justificada que un acto conveniente del azar.
Sin embargo, en el camino de hilar su propia narrativa y de cambiar el lugar de encuentro, que en el juego era la represa de energía y en la serie es Jackson City, el episodio pierde la oportunidad de introducir espacios de combate. En principio, esto no es un problema, pues la serie no necesita lluvias de disparo constantes para entretener (a diferencia del juego), pero sí afecta la credibilidad de ciertas decisiones alrededor de Joel y Tommy. En la obra original de Naughty Dog, un combate interrumpe la discusión de los hermanos ante la negativa de Tommy de llevarse a Ellie y, tras este, el hermano de Joel entiende la nueva realidad de su hermano y decide ayudar. Luego, Ellie escapa de la represa al enterarse de que su compañero la abandona a brazos de su hermano y eso da píe a la famosa escena y a otro combate, que hace que Joel replantee su decisión y opte por seguir con Ellie.
En la serie, estos cambios de opinión hilan con menos firmeza. Tommy espera un bebé y por eso rechaza ayudar a su hermano, pero basta una segunda conversación, más sentimental, para que decida ayudar. Joel, por su lado, tiene la famosa discusión con Ellie, se va a dormir firme en su postura, y a la mañana siguiente cambia de opinión. Si bien este enfoque introspectivo es coherente con el enfoque introspectivo del episodio hacia sus personajes y los medios que tienen (ya hablaré de eso más abajo), sí extrañé un par de puntos de inflexión en el capítulo que justificaran las decisiones de los personajes.
Salvo en este apartado, el episodio consigue todo lo que se propone. La hora de contenido que vimos el domingo se dedica a alimentar emociones y a explicar los miedos de todos sus personajes. Joel no quiere perder otra hija, Ellie no quiere quedarse sola, Tommy no quiere dañar la vida y la familia que está construyendo, y María (Rutina Wesley) no quiere que Joel le haga daño a su hermano. Alrededor de estos conflictos, la directora europea Jasmila Žbanić, de la mano de los actores, consigue dar vida a escenas icónicas del juego, como la ya comentada, y crear nuevos espacios de interacción muy bien logrados. Desde el incómodo almuerzo en la cafetería de la ciudad, hasta el corte de pelo que María le hace a Ellie, todo tiene un aire que combina la alegría de un reencuentro con la tristeza de las cicatrices que llevan los cuatro personajes. La serie explota estos espacios y, casi siempre, explora bien los lugares que el juego no pudo tocar.
Es, en la mayoría de sus diálogos, lo que muchos esperábamos cuando nos imaginamos, hace 12 años, una serie de televisión de The Last of Us en la que nos acercaremos a dicha famosa escena de la que hablé al principio. Vale retomarla ya porque, sin deshacer la crítica previa a cómo Joel cambia de opinión, la conversación entre él y Ellie en el cuarto de ella me puso la piel de gallina. Tanto Pedro como Bella estuvieron a la altura del momento que más presión generaba a la hora de hacer la adaptación y consiguieron recrear los mismos sentimientos que generó en su día el juego. Con ligeros cambios, la escena tiene el mismo ritmo y casi los mismos diálogos. Su poder, como en el juego, recae en el choque de miedos de estos dos personajes. Joel no quiere aceptar su rol paterno porque tiene miedo de fallar otra vez, pero Ellie no quiere perder a esa figura. Tiene pavor a que Joel la deje. La serie, eso sí, aprovecha su dedicación casi completa a profundizar en estos aspectos y consigue que la escena sea una explosión de todo lo que preparan los momentos anteriores.
Por eso, a pesar del mal ritmo y contexto de ciertas decisiones, me dejé llevar por el episodio. No pensé que HBO fuera a unir el capítulo de Jackson con el de la Universidad de Colorado, pero ahora me parece un acierto. Hay muy poco fondo narrativo en el juego dentro de la Universidad, que sirve más como un camino de combates muy bien diseñados. Además, el final de este momento, con un Joel muy malherido, es el golpe perfecto para cerrar el diálogo sobre los miedos. Él se arriesgó a fallarle a Ellie y ella se arriesgó a quedarse con él para no estar sola. Por el momento, el final del episodio invita a pensar que quizá ambas decisiones serán en vano.
Antes de cerrar, quiero destacar el rol de Jackson City como escenario. Solo quienes hayamos jugado toda la saga vemos el cariño con el que se recreó este espacio, pero cualquiera puede entender su aporte al episodio. Por un momento, el mundo distópico desaparece y la serie nos muestra una comunidad que, en palabras de Ellie “putamente funciona”. Su introducción en la trama implica un sacrificio a ciertos combates importantes y, si bien la decisión afecta al guion, la aparición de Jackson City aporta mucho al tono sentimental e introspectivo del episodio.
El próximo domingo no encontraremos algo muy diferente. La trama se acerca a su punto más alto y, antes de ella, llega una historia de amor que algunos idiotas parecen ignorar a la hora de criticar las decisiones del segundo juego y de la serie. Como sucedió en el tercer capítulo, no faltará el retrógrado que se retuerza en el piso con lo que se viene en el próximo episodio. Yo, en cambio, alisto mi lagrimal. Hasta entonces.

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AndyalHabla – What is the downside to eating a clock? It’s time-consuming.
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