ALERTA DE SPOILERS: ESTE TEXTO TIENE SPOILERS DE LA SERIE DE THE LAST OF US Y DE SU NARRATIVA PARALELA EN EL JUEGO.
Conforme avanza la serie de The Last of Us en HBO y yo (aunque debo admitir que con cada vez más impuntualidad) me he propuesto analizar sus episodios, he podido notar muchos detalles de la propuesta narrativa y de ciertas decisiones de Neil Druckmann y compañía que antes ignoraba. El octavo capítulo de esta serie muestra el lado más oscuro de la humanidad, a través del personaje más aterrador y villano de la franquicia. Dicho eso, quedarse ahí sería no decir nada nuevo. Por eso, al aprovechar cada segundo de la pantalla para desarrollar cada aspecto del antagonista, la serie hace más clara en mí una pregunta que el juego estableció de manera mucho más implícita y que será relevante en el final de la primera temporada. La cuestión no es otra que la siguiente: tras ver de lo que es capaz el ser humano, ¿vale la pena encontrar una cura a la infección?
Desde que se publicó el juego, la intervención de David (Scott Shepherd) en la vida de Ellie (Bella Ramsey) es traumática y grotesca, pero la serie explora a este personaje de manera especial y construye con inteligencia todo su contexto para que el televidente (incluso aquel que ha jugado el juego) sienta un terror creciente conforme avanza el episodio. Como cualquier depredador de su tipo, David es convincente, manipulador y cuenta con habilidades retóricas suficientes para someter a muchos. Incluso, en un principio, el personaje parece lleno de buenas intenciones. Su máscara consigue engañar a quienes le siguen, mantiene pasiva a una Ellie desconfiada y despierta dudas en la audiencia. “Otro sobreviviente más con dudas morales” piensa quien no conoce a David.
Pero el episodio suelta indicios. Su manera fanática de liderar y su violencia posesiva contra una niña generan la alarma de cualquiera. Asusta cómo pocas cosas la manera en la que lo miran los demás. Nadie le cuestiona, nadie le critica que tenga más comida que el resto y nadie frena sus caprichos. Aterra que, a pesar de no estar de acuerdo, James (Troy Baker) y sus hombres no se atrevan a matar a Ellie cuando David aparece (son cuatro contra uno y están armados). Algo tiene él que congela más que el invierno que viven.
Y no es el canibalismo, pues por más absurdo que parezca, la supervivencia en situaciones extremas puede llevar a dilemas muy complicados. Aquello que convierte a David en un monstruo no es el hongo, ni los infectados, ni FEDRA. A diferencia de Joel (Pedro Pascal), Ellie y los demás personajes, lo que aterra de él va más allá de la distopía en la que vive. Todo encaja cuando, al verla atrapada en una celda y con todas las de perder, David insinúa sus intenciones pedófilas con Ellie.
De repente, todo hace sentido: su trabajo como profesor de matemáticas, su pasado “violento”, su actitud con la niña de la comunidad, su intención de mantener viva a Ellie y su ambición enferma y egoísta que lo lleva a ser una persona temida por el resto. El juego, si bien creó un David aterrador, no pudo dedicar tanto desarrollo al personaje y eso hace que esta versión sea aún más aterradora. Por el contexto que el episodio ofrece de él y que ahora hace sentido, la audiencia puede pensar de manera más clara en todas las atrocidades que ha cometido y puede cometer. En la obra original, estos datos no están a la mano y eso aleja al monstruo de la realidad. El David del juego es raro, oscuro y peligroso, pero de manera más abstracta.
Por esa razón, cuando el villano grita en pleno combate que le gusta ver a sus víctimas luchar mientras se pone encima de Ellie, y vemos a la adolescente gritar consciente de que la quieren violar, nace en la audiencia un terror que no puede emular ningún chasqueador. El episodio ocho de The Last of Us consigue aterrar conforme entendemos los hilos más oscuros de un humano que, pocos minutos atrás, no parecía ser tan amenazante. Juntar el contexto de David, incluso una vez acabado el episodio, invita a prender la luz toda la noche.
Y deja la pregunta del inicio del texto. Es importante que nazca esa duda de cara al final y que no demos por sentado la bondad o maldad en la trama. Salvar a la humanidad parece un principio obvio hasta que lo piensas dos veces. ¿Quiénes son los villanos en esta historia? El hongo, como el coronavirus, es apenas un hecho que da contexto a una narrativa. David es aterrador por algo ajeno a ese contexto y deja, más claro que nunca, que la solución al mundo que viven los personajes no pasa necesariamente por eliminar la infección.

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AndyalHabla – What is the downside to eating a clock? It’s time-consuming.