Jugar con nuestra nostalgia se ha vuelto tema recurrente en las producciones de todos los medios audiovisuales, en el caso de los videojuegos se hace a través de los famosos remakes o remastered, este último para el caso que hoy nos atañe. Por ende, Nippon Ichi Software (NIS) continúa con lo conseguido en su NIS Classics Vol. 3 que nos traía de vuelta a La Pucelle: Ragnarok y a Rhapsody: A Musical Adventure, juegos originalmente lanzados para PlayStation 2 y PlayStation 1, respectivamente. Pues ahora tenemos la posibilidad de proseguir con la historia de este último en Rhapsody: Marl Kingdom Chronicles, una compilación en la cual podrás disfrutar de los siguientes dos títulos de la saga.

Ballad of the Little Princess
Este título es la continuación de lo acaecido en A Musical Adventure, sin embargo, toma lugar varios años después y la protagonista no será nuestra excesivamente enamoradiza Cornet, sino su hija, Kururu, nombrada así por su antigua amiga y marioneta. Kururu habrá heredado el espíritu de aventura de la Reina Cornet y ante cualquier descuido de los custodios, saldrá de sus aposentos para buscar un suceso que coincida con el romántico relato de su madre.

Eso en torno a la historia, no puedo avanzar mucho más para evitar los spoilers, sin embargo, te puedo contar que, esta segunda parte es con creces mejor que la primera, empezando por el modo de combate. En consecuencia, nos encontramos con un RPG, abandonando los escenarios isométricos y apostando a los combates tradicionales por turnos. No obstante, estos son mucho más dinámicos, pues las animaciones son más veloces y tenemos muchas más opciones a disposición, por ejemplo, Kururu, la nueva titiritera, podrá conjurar habilidades de recompensa, que suelen afectar de forma general el campo de batalla, ayudando a tus aliados o realizando potentes ataques masivos.

En cada combate pueden pelear hasta cuatro aliados, que entran y salen de tu grupo según como se desenvuelva la historia; cada uno de ellos con sus propias habilidades. Además, Kururu y Crea (su mejor amiga) pueden estar acompañadas de tres marionetas cada una, las cuales hacen parte del repertorio de habilidades que puedes realizar en medio del combate. Estas marionetas tienen su propia experiencia y mejoran tus estados a medida que suben de nivel. No sobra decir que estas se obtienen de forma automática al finalizar con éxito un combate.

En cuanto a la estética, esta se logra acercar mucho más a lo conseguido por La Pucelle: Ragnarok en cuanto a calidad, con escenarios prerenderizados y los sprites de nuestros protagonistas corriendo a través de ellos. Aun así, estos se muestran mucho más coloridos y con mejor detalle que en A Musical Adventure, el cual tenía una sola forma en que se viera medianamente bien en el NIS Classics Vol. 3 y es a través del filtro de rayos catódicos. Afortunadamente, para esta ocasión, el filtro estándar es la mejor opción, manteniendo el brillo y detalle del juego.

Memories of Marl Kingdom
La tercera entrega vuelve a llevar a esta saga a nuevos horizontes, originalmente lanzada en PlayStation 2, este juego deja atrás los escenarios prerenderizados para ponernos de lleno en un mundo hecho en tercera dimensión, lo que recuerda un poco al grandioso efecto conseguido por los HD 2D de recientes generaciones. Así que, por calidad gráfica, ya tenemos de forma positiva un buen salto.

En torno a la trama, Memories of Marl Kingdom funciona como un título que permite completar el universo de Rhapsody, pues cada uno de sus capítulos cuenta una historia diferente. El primer episodio, por ejemplo, nos pone en la piel de Cornet, justo cuando iniciamos nuestra cruzada para rescatar al príncipe Ferdinand en el primer juego, pero, el segundo episodio nos permitirá controlar a su hija, Kururu, cuatro años después de los eventos de Ballad of Little Princess, por lo que funciona como un epílogo a su historia. Así hasta completar seis capítulos, llegando a viajar miles de años atrás para entender el poder que poseen nuestras dos protagonistas.

Este título también usa un combate por turnos y permite a los miembros del equipo ejecutar sus propias habilidades. Aunque, de forma novedosa, cada uno puede ser acompañado por hasta tres criaturas, las cuales se acomodan en fila justo detrás del miembro principal del equipo, por tal razón, si ya tienes al total de cuatro personajes, podrás ser escoltado por otras doce criaturas, dispuestas a pelear por ti de forma automática; ordenándoles usar todo su arsenal o que sean más conservadoras al momento de atacar. Además, el líder de la fila puede seleccionar de forma específica qué habilidad debe usar su acompañante, lo cual aumenta de forma exponencial las posibilidades. No sobra mencionar que las protagonistas también cuentan con la habilidad de recompensa, para lanzar ataques globales que infligen gran daño.

Marl y unas buenas rolitas
Cada videojuego que nos atrevemos a probar es una oportunidad, pues estos buscan llevarnos a través de múltiples universos y vivir, dentro de lo posible, mágicas y asombrosas aventuras. Eso mismo sucede con Rhapsody: Marl Kingdom Chronicles, que nos trasporta a este mágico reino donde sus habitantes parecen estar en una película de Disney, pues todo transcurre de forma jovial e irrisoria, por lo que momentos de risa no te faltarán.

Eso sí, seguramente te encuentres con situaciones muy infantiles a lo largo de sus historias, o, la antigua necesidad de ponerle animación a los grandes atributos de los personajes femeninos, haciendo que, por el contexto actual, no envejezca muy bien. Esto hace que sea un título más de nicho, además que los gráficos y mecánicas pueden resultar repetitivos. Debo agregar que, como horrible tradición en NIS, este solo viene en inglés y japonés, siendo imposible disfrutarlo en nuestro idioma. A su vez, deseo recomendar que si tienes la oportunidad de jugarlo en una Switch en modo portátil le sacarás mucho más provecho, pues la alta definición le pega un poco duro a esta remasterización.
Eso sí, toca alabar el hecho de que sea un musical, porque es algo que nunca se ve en los videojuegos (a excepción de escenas específicas donde a un personaje le dé por cantar Take on me). Sin embargo, Marl procurará llenarnos de ese sentimiento musical, así sea una vez por capítulo, lo cual permite conectar más fácilmente con los personajes o simplemente reírnos de sus desventuras de una forma más libre.

Hasta aquí la reseña de este compilatorio de NIS, antes de ir a interpretar tu instrumento, respóndeme, ¿conocías esta saga? ¿Cuál es tu favorita? ¿Etoile o Crea? Déjame tus comentarios más abajo o en Facebook, X (antes Twitter) e Instagram.
Calachoowie te dice, see you space cowboy…
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