Recuerdo que en la séptima generación me senté junto a mi hermana a jugar Borderlands; juntos quedamos fascinados por el gameplay, que combinaba al tradicional shooter con las dinámicas del RPG en torno al equipamento, al nivel, al daño numerado, lo jefes, etc. Desde entonces siempre he disfrutado estos juegos, fue así con Destiny o con The Division, títulos en donde la cooperación también es parte fundamental de la experiencia. Por esa razón, tenía muchas ansias de probar este juego y ver lo que traía consigo la gente de People Can Fly y Square Enix, para PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series S/X (disponible en Game Pass) y Microsoft Windows. Así que, hoy en La Vida es un Videojuego te traemos la reseña de Outriders.

Hay belleza en lo posapocalíptico
Lo primero que nos topamos es el excelente apartado gráfico, y es que parece que no se dejaron nada al azar, es impecable, ya sea que estemos entre las temporales y verdes praderas de este mundo o el barro de las trincheras, todo está en su lugar y reacciona a nosotros, a las pisadas, a los disparos, logrando que este lejano planeta (donde se desarrolla nuestra aventura) sea increíblemente atrapante. Súmese a este punto los lugares a donde nos lleva la historia, pues estaremos dando balazos entre diferentes escenarios, como volcanes, cuevas, bosques y montañas nevadas. Además, en estos sitios, diferentes criaturas defenderán su mundo, entre arañas y harpías gigantes, hasta hordas de seres mutantes que quieren aniquilarte. Todo en conjunto te harán sentir que Enoch (nombre del planeta) te quiere fuera, pero ¡Por Dios! Somos seres humanos y siempre avanzamos a pesar de nosotros mismos, y digo a pesar de nosotros mismos porque en parte del paisaje también habrán grupos enormes de humanos a los que aniquilar. Aunque, hay ocasiones, en que los cuadros por segundo bajan, o, la ropa y el cabello saltan en cada cambio de cámara, evidenciando un erróneo cargue de texturas en los diálogos.

Ahora, pasando a la parte del sonido, justo en este lugar no tengo nada que criticar (denle un premio a estos tipos), pues la música de este título es una completa obra de arte, que viene a manos de Inon Zur. ¿Quién es este hombre? Preguntarán algunos, él, nada más y nada menos, ha sido uno de los músicos de cabecera de Bethesda, componiendo para franquicias como Fallout y Elder Scrolls, o, para Ubisoft en Prince of Persia: Las Dos Coronas. Así es, tenemos a un maestro en la ambientación sonora de Outriders, que nos ofrece música llena de sonidos estridentes, artificiales y una percusión constante que nos hacen percibir la extrañeza y agresividad que nos espera en Enoch.
Un planeta entre disparos y tesoros
Outriders es lo que conocemos como un shooter looter, en donde la progresión en el juego se hace a partir de la experiencia que recibimos, bien sea completando misiones o asesinando enemigos. De igual forma debemos actualizar frecuentemente nuestro equipo, ya que a medida que subimos de nivel empieza a volverse obsoleto. Por lo tanto, es común observar que los jefes suelten un mejor botín para enfrentar las amenazas que aumentan a medida que transcurre la historia.

En este punto el juego ofrece lo mismo que muchos otros, pero veamos en que difiere frente a estos. Empecemos pues con el sistema de clases, que para el caso son 4:
- Tecnomántico: Manipula el escenario y apoya al equipo, procurando mantener la distancia, haciendo un excelente daño antes de que se aproxime el enemigo.
- Piromántico: Su nombre lo dice, manipula el fuego y se sana cada vez que mueren enemigos marcados por las llamas, logrando arrasar escuadrones completos.
- Tramposo: Es la letalidad encarnada, ya que puede teletransportarse detrás de las líneas enemigas, asesinar a corta distancia y volver para tomar la merienda.
- Devastador: El tanque, no hay mucho más por decir, sus habilidades se centran en proteger a los aliados y soportar mucho el daño.

Cada una de estas clases tiene su propio árbol de talentos, que, con cierta subida de nivel, te aporta un punto que te permite personalizar aún más tu clase, ya sea en torno a la supervivencia, al daño o al control que ejerces. Por otro lado, no hay un sanador entre las clases, a pesar de que ciertas habilidades nos ayuden a este cometido, pues el juego usa un sistema en el que, según tu clase, realizando daño o eliminaciones, recuperas salud, lo que se traduce en ser estratégicamente agresivo para recuperar los puntos que pierdas.

Otro punto que he encontrado muy interesante, es el nivel de dificultad de mundo, es decir, aparte del nivel de nuestros personajes, hay un nivel de dificultad global independiente a la experiencia que hayamos conseguido, este nivel de mundo vuelve mucho más exigente la partida, sacando lo mejor de nosotros cada vez que aumenta la dificultad, pues, también empieza a elevarse cada tanto, a medida que avanzamos por Enoch. Esto permite adaptar el nivel a nuestras habilidades, aunque si nos atrevemos a poner siempre la dificultad más alta disponible, habrán mejores recompensas en el botín obtenido, además, que una buena curva de dificultad siempre hace más entretenido a un juego.

A propósito del punto anterior, el juego con compañeros, aparte de ser mucho más divertido es mucho más difícil, pues aparecerán más adversarios y de los más fuertes, lo que lleva a que debamos organizarnos muy bien, procurando tener estrategias para enfrentar a las hordas de enemigos. No obstante, apenas fue lanzado el juego, hubo problemas con el crossplay, sumado a que no tuve oportunidad de jugar con otro editor de la página debido a que las partidas eran terriblemente inestables, haciendo que el sistema sacara a alguno de los dos jugadores de la sesión y hasta la reciente fecha, apenas se ha logrado tener un poco más de estabilidad.
Un éxodo atrapante y un mundo vivo
Parecido a un pasaje bíblico, la humanidad debe dejar atrás aquel planeta que llamamos hogar; la Tierra se sacude, como si intentara quitarse una plaga que la ha enfermado durante siglos. Nuestra opción es mirar hacia arriba y emprender un éxodo, no diría masivo, pues solo 500 mil personas logran tener una silla en la Flores, el arca que nos llevará a una nueva oportunidad luego de un viaje de 83 años al 15% de la velocidad de la luz, congelados en hipersueño esperando despertar en un mejor lugar del que dejamos atrás. Este idílico planeta es una súper Tierra, con aire respirable, agua y animales que corren por sus verdes praderas. A saber, el nombre de nuestro nuevo hogar es Enoch, y nos asentaremos en un valle rico en tierra fértil, luminosidad y agua. Las sondas enviadas antes mostraban excelentes señales, aunque parece que se desactivaron al poco de caer en nuestra nueva gran casa.

De esta manera empieza nuestra aventura, como un pionero que se lanza al ruedo para hacer el camino más fácil de los que vienen atrás, pero, como suele decirse, si alguien ha traicionado tu confianza una vez, es muy posible que de nuevo lo haga. Esto es precisamente lo que le pasa a la humanidad; al poco de empezar tu misión, despertarás de la estasis en un mundo que ya lleva 30 años consumido por la guerra, que se pelea por las sobras de un nuevo planeta que nos quiere fuera, o, mejor dicho, que no ha recibido a la humanidad con los brazos abiertos. En este contexto se desentrañará uno de los puntos más importantes de Outriders, su excelente trama.
En consecuencia, si bien la historia se desarrolla entre balazos, sangre y habilidades sobrehumanas, hay un macro-contexto riquísimo, que nos devela puntos de este a través de cartas e informes, sin necesidad de extender el juego artificialmente, pues, aunque son coleccionables dispersos, no es difícil encontrarlos y aportan información sobre qué le pasó a nuestro planeta y por qué iniciamos una guerra en Enoch.

Para finalizar, quiero resaltar que People Can Fly logró entregarnos un juego que engancha, con una historia rica y entretenida, con gráficos geniales, una jugabilidad sólida y sencilla. Sin embargo, caen en lo que resulta común por estas épocas en cada lanzamiento nuevo, un título lleno de errores que daña terriblemente la experiencia, entre ellos la mía. Por ejemplo, me hubiera gustado hablar de las expediciones que se activan en el último nivel, pero no pude debido a un error que no me dejó avanzar en la historia. También se podría hablar de los problemas del balanceo de clases en donde muchos tanques eran sacados de sus equipos al no lograr infligir suficiente daño, y es que hasta hace apenas pocos días se lanzó un parche que logró corregir varios de los errores que he mencionado, pero para este momento, muchos ya han abandonado la nave de Outriders y se han volcado a otros títulos, dejando algo que parecía ser prometedor. Personalmente me ha gustado bastante y he de darle una nueva oportunidad para aprovechar el parche de corrección, sin embargo, me dejó ese sinsabor, que, para este caso, bajará bastante su calificación.

Ahora cuéntame, ¿ya tuviste la oportunidad de probar este juego? ¿Conoces otros títulos de este estilo? Déjame tu respuesta aquí abajo o en Facebook, Twitter e Instagram.
Calachoowie te dice, see you space cowboy…