Warcraft III: Reing of Chaos, una leyenda de 20 años

A principios de la década de los 2000 el mundo estaba histérico con la producción de material audiovisual centrado en la magia, la hechicería y las guerras épicas entre razas que devenían de mundos fantásticos; llegaban al cine clásicos como El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo y destacaban nuevas obras como Harry Potter y la Piedra Filosofal. Esto ocasionó que el mundo de los videojuegos no se quedara atrás y se aventurara a crear sus propios universos, llenos de esa magia que podíamos apreciar en la pantalla grande. En consecuencia, Blizzard se alistaba para sacar la tercera entrega de una de las franquicias más importantes en toda la historia del gaming, es por esta razón que las palabras que lees hoy están centradas en los 20 años de Warcraft III: Reing of Chaos.

El 3 de julio del año 2002 fue la fecha elegida por Blizzard para lanzar su mítico juego, el cual mostraba una mejora enorme en cuanto a sus predecesores y marcaba un hito para los títulos de estrategia en tiempo real de la época. El primer ejemplo de esto fueron sus gráficos, los cuales se alejaban del falso 3D tan común en el género, para ofrecernos un juego hecho totalmente en tercera dimensión, incluso los retratos de los personajes con los que jugábamos tenían esta característica, además que podíamos acercar, alejar y girar la cámara un poco sobre nuestras unidades, siempre en torno a una perspectiva isométrica.

Otra de las cosas a destacar es el uso de unidades heroicas, que, si bien se podía ver en otros títulos, estos solo eran personajes con mejores estadísticas, sin nada que ofrecer en el campo de batalla. En cambio, Warcraft III tomó el ejemplo de lo conseguido en Starcraft, haciendo que los héroes tuvieran habilidades que influían enormemente en cada reyerta: Thrall eliminaba a varios enemigos con su Cadena de relámpagos, Arthas curaba a sus soldados y Jaina invocaba elementales que luchaban a su lado; una buena sincronización en el uso de estas habilidades lograba voltear un enfrentamiento perdido y hacía que la victoria se sintiera más épica.

Debo hablar también de la increíble campaña que se gesta alrededor de los protagonistas y que aún hoy sigue dando de qué hablar en los gamers. Todo gracias a las extraordinarias cinemáticas que parecían sacadas de una película animada o a los cortes de escena que transcurrían usando el motor gráfico del juego, acercando la cámara a los protagonistas para ver de cerca sus interacciones, mientras se gestaban momentos de tensión al principio o al final de cada misión. Efectivamente, muchos aun recordamos los diálogos de la historia, con Medivh pidiéndole al hijo de Durotan llevar a la Horda a las lejanas tierras de Kalimdor, o, al poderoso Arthas pronunciando su infame traición, cuando el Rey Terenas, estupefacto, preguntaba qué pasaba: ­­

—Destronándote, padre. Deja que se cierren tus ojos, ahora que los míos se han abierto.

Arthas Menethil

Y es que, personalmente, considero la caída de Arthas solo equiparable a la muerte de Anakin y el ascenso de Darth Vader unos pocos años después. En consecuencia, todo lo anterior solo muestra la gran herencia dejada por parte de Warcraft III, esto incluiría la estética tan característica de World of Warcraft, uno de los MMORPG más exitosos de todos los tiempos y que nace como una continuación directa de las historias que se gestaron en este título. Además, su editor de mapas le permitió ser el pilar de uno de los géneros que actualmente goza de mucha popularidad en la industria, el MOBA, inmortalizado gracias a League of Legends y Dota 2. Así es, dos de los juegos competitivos más importantes y con una de las comunidades más sólidas del mundo, le deben su existencia a este título, al que hoy con gusto en La Vida es un Videojuego, recordamos por su legado.

Sin embargo, su reciente remake fue muy mal recibido, debido a que el juego salió falto de muchas de las cosas que se prometieron originalmente. Los fanáticos se sintieron engañados por la ausencia de esas mecánicas y la obligatoriedad de perder la versión original al adquirir esta última. Por lo tanto, es evidente la gran nostalgia que muchos sentimos por Reing of Chaos y The Frozen Throne (su expansión), lo que lleva a que sea imposible no pensar que Reforged no estuvo a la altura de la leyenda que Blizzard construyó hace 20 años.

Hasta aquí el especial de este grandioso título, antes de irte respóndeme, ¿has probado antes Warcraft III? ¿Cuál era tu facción favorita? ¿Sufriste tanto como yo con la caída de Lunargenta? Déjame tus respuestas aquí abajo o en Facebook, Twitter e Instagram.

Calachoowie te dice, see you space cowboy…

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