¡Alerta de spoilers!
La siguiente nota puede contener spoilers sobre Returnal, lee bajo tu propio riesgo.
EL FINAL INALTERABLE
Una sola incógnita.
¿Qué ocurre después?
La eterna búsqueda de un final sin comienzo. Un despertar dentro del ocaso perpetuo.

«La misión era sencilla, explorar Átropos y enviar los datos a la base. Nada de esto debía ocurrir. El planeta debía estar desolado, pero las ruinas de una civilización antigua brotan de entre los árboles y las montañas. Y los susurros lejanos de un pasado bélico suenan entre los pasillos y el follaje de la tierra»
Diario de una viajera, Ruinas Desoladas (8̸̝̐͌3̶̧͚͌͂6̴̼̊)



Ocurrió en un instante. El fuego, la caída, caminar, disparar, viajar. Ya perdí la cuenta y quizá, la cordura. Todo es un vago recuerdo, una memoria que nunca ha existido dentro de mi mente distorsionada.
Crecemos y aprendemos en cada ciclo. No somos más que las marionetas de la Narración. Existimos porque entramos en el ciclo; pues este es eterno y nosotros somos vanos. Vivimos y revivimos, cometiendo y arreglando los errores de un futuro ya escrito. Y este ciclo sin final es el que nos mantiene enganchados; poder vivir la misma historia con diferente trama pero con mismo final, buscando siempre conectar las piezas de un rompecabezas temporalmente incompleto que nos obliga a leer entre líneas, para comprender la vastedad del espacio definido donde existiremos… y perecimos.
Érebo
Erebo o Érebo es el infierno por personificación: ερεβος significa en griego tinieblas, oscuridad y por ende, los infiernos. Para los poetas, el Érebo es una región subterránea poblada de muertos, una suerte de purgatorio donde las almas expiaban sus faltas. (Tomado de: DECEL)
LA ASCENSIÓN HACIA LA CAÍDA
¿Cómo has caído del cielo? ¡Oh lucero de la mañana, hijo de la aurora! Has sido derribado por tierra, tú que debilitabas a las naciones. - Isaías 14:12
Conforme ascendemos el paisaje de Átropos nos daremos cuenta de que en realidad es un descenso, hacia la locura, el olvido y la perdición. No obstante, con cada peldaño de la escalera infinita aprendemos y expandimos nuestro conocimiento, volviéndonos más fuertes con cada arma nueva en el camino y con cada mensaje que recibimos del futuro ya pasado. Ascendemos buscando explicación y caemos, pues, el precio de nuestra redención es nuestra sanidad.



«Continúo mi ascenso buscando la señal, aquella Sombra Blanca que se pasa por mi memoria. Los recuerdos del pasado que no he vivido inundan mi memoria, pero cada vez encuentro una barrera nueva. Mis enemigos son más fuertes y me siento cada vez más débil. Siento que mi yo del futuro está sucumbiendo ante la locura, no comprendo sus mensajes, esa no soy yo.»
Diario de una Viajera, Páramo Carmesí (8̶̮̱̜͍͍̹̞̄͛̑̂̎́̅͂́̄̏͜3̷̡̭̘͚̫̖̫̻̅6̶̠̪̺̺̹̞̥̻͐͐͜ͅ)

Aquí ya estuvimos, estamos y estaremos. Por aquí ya pasamos, una versión de nosotros ya cayó frente a los peligros. Somos el contenedor de un alma inmortal que está condenada a nacer y morir hasta conseguir una respuesta. Pero en cada ciclo se pierde una parte del alma, poco a poco nos perdemos en la inmensidad del infinito. Y es por esto que no podemos parar, porque si nos detenemos nuestro esfuerzo habrá sido en vano. La Narración nos consumiría y nos volveríamos un cadáver más en el océano de almas del Érebo que no pudieron cumplir su destino.
Uróboros
En la práctica de la alquimia, expresa la unidad de todas las cosas, las materiales y las espirituales, que nunca desaparecen, sino que cambian de forma en un ciclo eterno de destrucción y recreación. (Tomado de: Encyclopedia Britannica)
EL OCASO QUE PRELUDIA EL AMANECER
[…] Era también un dios o un titán, quizás el más antiguo, porque el Sueño, en el libro decimocuarto de la Ilíada, lo llama origen de los dioses […]
– Borges y Guerrero, 1967
Cada nueva pieza de información, cada nuevo mensaje del futuro, cada puerta sin abrir y cada enemigo sin derrotar no son más que nuevos hitos en nuestro camino. Pues, la Ascensión continúa y, con cada paso nos acercamos más a la cima, al templo donde conseguiremos las respuestas que tanto anhelamos, o eso pensamos. Pues si seguimos aquí es que no las hemos conseguido, o no hemos logrado sobrellevar los muchos peligros que acechan en las sombras. Ya sea la insanidad de nuestra mente, las armas de nuestros enemigos o la carencia de fuerza de voluntad para seguir adelante.



Las ruinas cada vez son más frágiles y con cada paso se cae una piedra más. Se desmoronan los recuerdos de una sociedad arruinada. Estos seres, Sintientes que quisieron salvar a su raza, pero flaquearon ante la adversidad, cayeron ante estos nuevos peligros. Pronto llegaré a la Torre, y allí encontraré las respuestas que necesito. Podré salir de Átropos y retornar a mi antigua vida. Cada paso que doy es un paso más cerca de la humanidad y más lejos de la locura.
Diario de una Viajera, Ciudadela Abandonada (8̸̨̙͕̜͖͙̼̫̥̼̟̀͐̋3̷̯̘̙̖͛̇͐̏̋̆̏̓̎́̐̊̍̇́̾̆6̶̖̰̾̊̿͌̒̀̀̽̕)

Trepar la Torre es superar, no solamente nuestros enemigos, es también superarnos, pues después de tantas horas, tantas derrotas, tanto sacrificio, por fin nos acercamos al comienzo de un final. Y es aquí donde la situación comienza a volverse algo tensa, porque los mensajes del futuro son casi nulos, y no disponemos de herramientas para enfrentarnos a lo que se avecina. Salvo nuestro ingenio y la fuerza que hemos adquirido en el camino.


Hemos de aprovechar este momento para reflexionar y para ver de dónde venimos. Solo somos la recolección de múltiples errores, intentos fallidos y, la infinidad de acciones, memorias y aprendizajes adquiridos. Y sí, hay que decirlo por más que pueda caer en el cliché, pero lo valioso no es el final, sino lo que hemos aprendido a lo largo del camino. Los jefes que hemos derrotado, las mejoras que hemos adquirido, las armas que hemos utilizado y como no, la historia propia que hemos creado. Porque nosotros somos más que nuestro personaje, somos parte de la Narración, somos los nuevos protagonistas, pues hemos aprendido, hemos alcanzado, hemos conseguido superarnos a nosotros mismos.
Átropos
En la mitología griega Átropo era una de las moiras, hija de Zeus y Temis. Las otras dos eran Cloto (la hilandera) y Láquesis (la que tira la suerte). Las moiras, conocidas como parcas por los romanos, eran hermanas de las horas y regulaban la vida usando un hilo, desde el nacimiento hasta la muerte. Cloto lo hilaba, Láquesis lo enrollaba y Átropo lo cortaba con su inflexible tijera. (Tomado de: DECEL)
EL ÉREBO INFINITO

Trepaste la Torre, superaste montañas, venciste tus mayores miedos, los más grandes demonios, pero lastimosamente estás de nuevo aquí.
Bienvenida de vuelta tú, Pobre alma inmortal, Que derrotaste al Horror, Que destronaste al Rey, Que ejecutaste la Venganza.
B̵̠̹̆́̉̌i̸̧͇̩͆̉͠͝e̴̪̔̽̐̑n̶̡̥̖͝v̴̗̅͝e̴͔̟̯̿n̸͎̥̊i̴͉̞̻̾͜ḑ̶͈͖̅̉̐a̴͚̠̋ ̶̹̼̾u̶̙̳̘͊̓̕ṉ̷͔̠̪̋̀͝a̸̱̼͋͗ ̶̛̗̝̠̀v̸͖̋́̇͠ė̴̺͕͚̓͠ͅz̷̢͙̀͗ ̴͍̘̝͊́́̈́ͅm̵̱̞̻̽͂͠ͅá̸̛̻̗͇͛̎̕s̷̟̦͊͌̂ ̴͔̩̳̓a̵̬̩̜͎̾̾͘ ̵̖̗͉͎̅̉̍̉è̶̪̣̻s̷͙͝ͅt̵͍͎̲̃ḙ̵̣̺̫̅̀̒͘ ̴̯̿î̴̺̻͔ͅn̵̞̭͐t̶̞͓̭̼̀̏̉̐e̴͓͔̤͒̾̃͗r̷̛̘̝͛͗̆m̴̛̲̩̜̼̂̊͠ḯ̷̢̹̰̽͑͘n̸̘͐â̸͚̖̩̊́̓b̴͈̫̪̓͑͝l̸̩̦̬̆͑̎̚͜ḛ̶̋͛́ ̷̠̱̏͜c̵̨̄ȋ̴̬̺ç̵̤͉̉̅̇̑l̷̗̜̘͉͒̋̐̅ȍ̵͉̪̜͚̕ ̵͖̲̫͊͜͠͠͠d̷͓̱̣͠ĕ̸̢ ̷̥͔̋̒̑̕ḁ̴̎̿̓p̵̙̂̋͝r̴̻̋̀͘e̶͓̻͚͛̐n̶̗̈́̏͘d̵̺̔̀͐i̵̢͇̞͗ͅž̵̤̄̓͝a̴̡̜̜͗j̶̘͂̐̂͐ẹ̷̡̬̱̉͐͋̅ ̸̺̓͊ỳ̴͇̺͚͜ ̷͇̮̍̈d̷̥̩̝́͝ǫ̴͙̬̮̆̽͋͘l̸̺͛͝o̷͙̞̹̐̂ṙ̶̺̭͙͓͊̈́͠.̶̢̄
Este es el Érebo de los ruiseñores, El infierno de los cristianos, El viaje por un futuro-pasado no vivido, El viaje por un pasado-futuro ya explorado.


No mires al pasado, Pues no es más que un reflejo del futuro, Y el futuro es incierto. Recuerda tus cantos, Revive tu alma, Redime el destino que has tenido que vivir.
V̵̼̓i̶͍͌̈́̄v̸̞̗̑é̴̻ͅ ̷̼͈́̐͋b̶̻̽̑u̵͇̟̟̅̅̚s̵̲͛̔͘c̸̛̼͎̾ȧ̵̛̻͍̔n̶͉̠̾d̷̳͓̿͌̂ͅo̴̖̘̪̔͛ ̶̡͐l̸͍͗a̶͖̲̎͊ ̴̰̺̃͑͝r̶͓͈̹͘e̸̳͋̑͗ḑ̷̘̇͂̓e̸͕͒̀n̷̲̓̕͝c̷͖̠̆̑í̵͇̍̀ǫ̷̧̞́̏n̶͔̮͕̐̏ ̵̡͖̼̈́q̸̱̓u̵̖̜͠e̷̩̹̅ ̴̧͔̦͂n̷̯͇̺͊ó̷̠ ̸̨̢̈̀p̴̓̇͗ͅo̸͇̎̔d̵̟̻͍͒̔̉r̶̳͗̅͝ą̶̞́͑̓͠s̶͇̓̕ ̴̨͖̟̊̋̈́a̶̺͂̏͐d̵̦͑q̷͉̑ủ̸̟͋͂ỉ̸͇͇̇̕r̷̝̋̇͠į̶̯̆́́r̸̗̻̈̈.̸̨͎̄̏

«Sombra Blanca, tú eras mi escape.»
Selene, una Viajera
Creces y crees aprender en cada ciclo. No eres más que las marionetas de mi Narración. Existes porque entraste en el ciclo; pues yo soy eterno y ustedes son vanos. Vives y revives, cometiendo los errores de un futuro ya escrito. Y este ciclo sin final es el que me mantiene enganchado; poder vivir la misma historia con diferente trama pero con mismo final, buscando siempre conectar las piezas de tu ser, un rompecabezas temporalmente incompleto que me obliga a leer entre líneas para comprender la vastedad del espacio definido, donde existimos y hemos de perecer.
Con cariño,
Ardi