Age of Empires IV, la grandeza de la historia cobra vida

Hace ya mucho tiempo salía del colegio junto a mis amigos, emocionados nos dirigíamos al centro comercial donde la hora de internet era increíblemente más barata, nuestro objetivo era jugar Age of Empires II, específicamente su expansión The Conquerors. Hablábamos de qué civilización escoger y normalmente apuntábamos a la que tenía más tecnologías, pues, realmente no éramos muy buenos jugadores; cada quien jugaba con cualquier civilización y hacía spam de la unidad que le pareciera más fuerte, intentando arrasar con números a nuestro rival. Recuerdo también pasar horas jugando a las campañas, sufrir con la muerte de La Pucelle y sentirme imbatible con Cuauhtémoc, el último emperador de Tenochtitlán, cuando expulsaba de la ciudad a los avaros españoles. Es por eso que disfruté tanto la entrega tan esperada de esta saga e insistí tanto para poder realizar su reseña, un juego desarrollado por Relic Entertainment y World’s Edge, publicado por Xbox Game Studios para Microsoft Windows. Sin más preámbulos, La Vida es un Videojuego te trae las primeras impresiones de Age of Empires IV.

El medioevo traído a nuestra época

Lo primero que nos vamos a encontrar en esta grandiosa entrega de Age of Empires IV son los geniales gráficos, y es que los escenarios y personajes se muestran en tercera dimensión, tal como pudimos ver en otros juegos (Age of Mythology o Age of Empires III), pero mucho más pulidos, con escenarios más vibrantes y mejores detalles. De hecho, las animaciones de cada unidad se muestran de forma increíble, los ataques cambian según el objetivo que tenga nuestro grupo: por ejemplo, la infantería antes de entrar en reyerta carga corriendo hacia sus enemigos, las unidades montadas pondrán las lanzas hacia delante usando un ataque de carga, los arqueros guardarán sus arcos a corto alcance y sacarán sus dagas para enfrentar a sus contrincantes cuerpo a cuerpo, si atacamos edificios ya no veremos cómo se incendian a punta de espadazos, sino que empezarán a lanzar antorchas para cumplir su cometido, los edificios se derrumbarán dejando escombros más reales y no la pila de recebo que se veía en AOE II (esa que se usa en Bogotá para tapar huecos en las calles). Incluso, nuestros guerreros caerán muertos de formas diferentes, agregando realismo a la matanza. Muchos dirán que eso no agrega nada al gameplay, y tienen razón, pero, la belleza está en los detalles y este tipo de complementos le suma muchísimo al juego, haciéndolo más inmersivo y más atractivo.

De igual manera, en este apartado tenemos las cinemáticas, que para esta ocasión son videos e imágenes reales de los lugares retratados, pero, en dorado y superpuesto podremos ver las siluetas de los soldados medievales marchando entre las ciudades, los paisajes y las murallas que ya no están o que se encuentran carcomidas por el tiempo. Esto logra transmitir la sensación de que la historia está ahí, que sucedió a nuestros pies y sucede justo ahora, trayendo una época antigua a nuestro contexto, para así dimensionar la grandeza de estos eventos. Sencillamente, espectacular.

Y ahora el sonido, el elemento que termina por elevar esta obra a un clásico solo en sus primeros días de lanzamiento, pues podremos escuchar en ciertos momentos la intención principal, tan conocida en la saga, pero con diferentes arreglos orquestales. Además, que cada una de las civilizaciones tiene su propio tema, aumentando la identidad que tengamos sobre la facción escogida. Y, por si fuera poco, cada civilización hablará su propia lengua (cosa que vimos muy por encima en AOE II) de una forma precisa, pues usan palabras de la época; hablándose mongol, francés medieval o inglés anglosajón. Y si logras prestar atención, las unidades que se preparan para emboscar bajarán la voz conversando por medio susurros (así es, ahora se pueden preparar emboscadas en bosques específicos).

La nostalgia y lo innovador

Age of Empires IV es un juego de estrategia en tiempo real, que sin lugar a dudas trae a la luz el título que hace tanto los fans le pedían a la franquicia, pues bien es sabido que, aunque después de la segunda entrega hubo otros juegos, estos nunca alcanzaron la popularidad que tuvo Age of Empires II. Así que, tomando nota, este nuevo título es una secuela directa de él, pues en torno a la jugabilidad, logra coincidir en muchos aspectos, haciendo que no se sienta tan diferente pasar del uno al otro. Por ejemplo, se mantienen los edificios de unidades, en donde tenemos que construirlos y seleccionarlos para entrenar unidades específicas; en estos mismos edificios todavía podremos encontrar las tecnologías para mejorar a nuestro ejército, haciéndose más fuertes cuando invertimos en ellas. Podremos encontrar los mismos recursos; alimento, madera, oro y piedra. Igualmente, los pros y contras de las unidades se mantienen; caballería fuerte contra arqueros, arqueros fuertes contra infantería, infantería de espadas fuerte contra lanceros, lanceros efectivos contra caballería, etc. por lo que no va a ser difícil acostumbrarnos de nuevo a esto.

Sin embargo, este juego no podía simplemente imitar a su predecesor, por lo tanto, se suman nuevos elementos a la jugabilidad que lo hacen más complejo y divertido; si bien, aún usamos el sistema de avanzar por edades, ahora aparte de los recursos requeridos para el salto, debemos construir con ellos un edificio representativo de la época. En este punto podremos escoger uno entre dos por cada edad, y estos tendrán beneficios específicos que debemos sopesar según nuestra estrategia, pues algunos nos darán ventajas militares y otros económicas. Esto hace que, aunque sea un poco más complicado, se sienta más importante el cambio de edad, aumentando la estrategia en torno a la elección.

Otro punto a destacar es que los arqueros ahora tendrán ventaja al estar posicionados en puntos altos, lo que permite defender más fácil estos lugares y que lo pensemos dos veces antes de acometernos lanza en ristre contra ellos. Siguiendo con lo anterior, ahora podemos subirlos a las murallas, las cuales les darán algo de protección mientras se vuelven letales desde la seguridad de estas, de hecho, podemos construir torres en los muros, que ofrecerán protección extra y, con la tecnología adecuada, lanzar aceite caliente sobre los atacantes. Esto nos lleva a otro punto, ahora los muros de piedra, solo pueden ser derribados por armas de asedio, disponiendo de las siguientes:

  • Trebuchet (lanzapiedras): para derribar muros desde distancias seguras.
  • El mangonel (onagro o catapulta): para atacar grupos compactos de unidades.
  • Ariete: transporta unidades refugiándolos de las flechas, solo puede atacar edificios y ahora lo construye la infantería.
  • Espingarda: resalta por su precisión y daño contra las anteriores.

Es importante resaltar que, en la campaña, podremos disponer nuevamente de unidades heroicas, sin embargo, estas ahora tienen habilidades que se recargan después de cierto límite de tiempo. Además, estos no perecen cuando pierden todos sus puntos de vida, sino que quedan en el lugar donde cayeron, esperando a ser reanimados por un aliado. Otro punto nuevo y muy importante, son los edificios con área de efecto, es decir que, según la civilización, construir dentro del rango de ciertos edificios dará ventajas específicas; por ejemplo, los ingleses pueden mejorar la eficiencia de las granjas si las construyen cerca de molinos, o los franceses pueden reducir el costo de arqueros y caballería si estos edificios se construyeron al lado de una Torre de Homenaje, etc.

También quiero destacar que las diferencias de una civilización a otra, cambian bastante el modo en que se debe jugar con esta (ocho en total), pues lo edificios únicos, las tecnologías y las unidades variarán la forma incluso de obtener recursos. Por ejemplo, el caso de los mongoles, quienes no necesitaban de casas, pues expresan su cultura nómada a través de esta ventaja (como los hunos de AOE II), en esa misma línea, pueden reubicar sus campamentos, ofreciendo la posibilidad de trasladarse directamente a donde se necesite. Estas diferencias hacen que el multijugador sea tan divertido como en otras entregas, logrando conectarse hasta un total de 8 jugadores por partida, haciendo que cada contienda ascienda a escalas descomunales. Y, antes de que se me olvide, los monjes siguen cargando reliquias a los monasterios, sin embargo, ahora pueden controlar lugares sagrados dispersos en el mapa (acción que permite reunir oro paulatinamente), asimismo, convertir a otras unidades.

Una historia vibrante y aprehensible

Tal como expresé arriba, este juego permite dimensionar la grandeza de los eventos, tanto así que encontraremos cuatro compañas diferentes:

  • Los Normandos: conflicto por la corona inglesa en la que participaron los duques de Normandía.
  • Guerra de los cien años: conflicto bélico entre Francia e Inglaterra por el territorio del hexágono
  • El Imperio Mongol: conquista de Asia y Europa por parte del enorme ejercito del este.
  • El Ascenso de Moscú: florecimiento del asentamiento moscovita a la gigantesca ciudad medieval.

Sin embargo, estas ya no estarán centradas en un solo personaje histórico, sino que muchas de ellas abarcarán largos periodos de historia, controlando incluso a los nietos de quienes iniciaron los conflictos, mostrándonos así una historia interconectada.

Por otro lado, al finalizar cada misión desbloquearemos diferentes videos pedagógicos, que nos permitirán aprender muchos más de los eventos que nos atañen, como la elaboración de cotas de malla, sobre los ballesteros o incluso la forma misma de los castillos. Cada misión nos abre una curiosidad histórica que podría servir incluso en aulas de clase. Sumado a que, al final de algunas misiones, un escrito profundiza sobre algún personaje o tema pertinente. Esto permite un aprendizaje de la historia mucho más ameno, pues es a través del juego y sin las imprecisiones que poseía AOE II.

En conclusión, Age of Empires IV es un juego excelente, sin fallas a mí parecer, con una jugabilidad sólida, una línea de dificultad bien marcada, escenarios variados y llenos de vida, unidades únicas y bien animadas (sin llegar a pedirle demasiado a un PC), variabilidad entre todas las civilizaciones y campañas increíbles que nos permiten revivir la historia con herramientas de aprendizaje. Todos estos elementos te mantendrán horas pegado a la pantalla. Este juego consiguió unificar la nostalgia que nos causa la segunda entrega con la innovación requerida para ser un nuevo título, ofreciendo una amalgama que es difícil de lograr.

Y hasta aquí la reseña, pues ya se ha extendido bastante y seguramente deseas jugar, pero antes cuéntame, ¿has probado Age of Empires IV? ¿Te han gustado los cambios implementados? ¿Una catapulta puede convertirse al cristianismo? Déjame tus respuestas aquí abajo o en Facebook, Twitter e Instagram.

Calachoowie te dice, wololo, emmm digo, see you space cowboy…

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