Ya ha pasado un buen tiempo desde que pudimos probar uno de los mejores juegos de pelea del 2022. Y ya en aquel entonces me atreví a decir que era un título excelente, principalmente en torno a su jugabilidad; sus mecánicas, modo de combate y progreso fueron increíbles, además que la enorme dificultad terminó llevando a que muchos jugadores no le dieran la oportunidad, pero que otros, mucho más persistentes y afortunados, entendieran el concepto mismo del juego y llegaran hasta el mismísimo Yang. Por tal razón, y habiéndolo jugado por segunda vez en una Xbox Series X, quiero hablar precisamente del enorme concepto detrás de Sifu, y por qué no, cómo desbloquear su verdadero final.

De entrada, nos encontramos con un juego con una historia sencilla, el alumno que venga al maestro asesinado. El objetivo de nuestro protagonista será avanzar por diferentes lugares en una ciudad china y enfrentar a cada uno de los traidores, dándoles muerte. Una vez hecho eso, se nos muestra un final que evidencia ser trágico y que te deja un sinsabor enorme, ¿por qué? Porque te encaminaste en el sendero de la venganza y eso es contrario a lo que enseña el kung-fu.
Pero entonces, ¿qué es el kung-fu? La palabra significa literalmente maestría y es un coloquialismo en China para hablar de esas habilidades en las cuales una persona destaca con gran presteza en un arte o una habilidad, gracias al tiempo, la constancia y la disciplina. Aunque la palabra empezó a popularizarse en occidente para referirse a las artes marciales de dicho país, debido a que se extendió fácilmente hacia diferentes rincones del mundo a través del cine y la literatura. No obstante, su evolución tiene un carácter milenario y ha sido la influencia de muchas otras artes marciales.

Aquí ya encontramos una excelente analogía con la mecánica principal del juego: al comienzo vas a ir contra todos tus enemigos y, te lo aseguro, vas caer una y otra vez. Sin embargo, con tiempo, constancia y disciplina empezarás a reconocer los movimientos propios y los de tus enemigos, lograrás bloquear y desviar los ataques con precisión, contraatacando con furia; irás aprendiendo de forma permanente diferentes habilidades después de varios intentos. Sifu empezará a hacerse más sencillo, pero no es el videojuego sino tu destreza, que va aumentando poco a poco.

Por otro lado, el kung-fu está basado en un principio filosófico, de hecho, sus escuelas tradicionales sustentan que sus caminos son más un estilo de vida y pensamiento que un método de lucha. En consecuencia, la evolución de esta arte marcial se da dentro de las dos religiones predominantes en China, el budismo y el taoísmo. El primero basado en una conducta ética alejada de la violencia, destacando la relajación, el autocontrol, el crecimiento personal y la felicidad. El segundo se centra en el ying/yang, afirmando que se debe buscar un equilibrio armonioso para alcanzar la serenidad.
Pese a ello, nuestro protagonista avanza a través de todo el juego eliminando por venganza a todo aquel que encuentre en su camino, contrariando lo dicho anteriormente, de ahí que el final nos resulté triste y vacío. Pero, si deseas desbloquear el verdadero desenlace, deberás cultivar bastante tu habilidad, porque para ello necesitas perdonar a cada uno de los jefes en los cinco escenarios, por lo que tendrás que tener experticia desviando sus ataques, lo cual lleva a que rompas su barra de equilibrio, y si lo haces dos veces en la segunda fase de la pelea, aparecerá la opción de perdonar al final del combate. Por ende, podrás ver el verdadero final y escuchar a tu maestro orgulloso por haber seguido el wude.

A saber, esta expresión se puede traducir como «moralidad marcial» o «ética marcial», la cual debe cultivar dos aspectos: la acción y la mente. Por lo tanto, el objetivo del wude es alcanzar el wuji o «sin extremismo», donde se deben labrar contantemente los valores relacionados a ellos:
- Acción: Humildad, honestidad, solemnidad, justicia y confianza.
- Mente: Valor, paciencia, resistencia, perseverancia y voluntad.
La primera, se abarca a través de las relaciones con las personas y; la segunda, con nosotros mismos. Buscando un punto de equilibrio entre la sabiduría y las emociones, dejando atrás todo lo que pueda llegar a hacernos daño.
Al entender esto, se logra vislumbrar la gran carga filosófica que subyace en un título como Sifu, en donde su historia y mecánicas se unen para develarnos el significado del kung-fu, mostrando el verdadero camino de un shifu (maestro), en busca de la redención y alejándose de la venganza. Un punto más donde se cruza la realidad y los videojuegos, una razón más para creer que la vida es un videojuego.

Hasta aquí la nota, espero hayas aprendido un poco y te hayas divertido leyendo. Te recomiendo a su vez esta nota sobre las referencias fílmicas en Sifu. También puedes dejarme tus comentarios aquí abajo o en Facebook, Twitter e Instagram.
Calachoowie te dice, see you space cowboy…
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