Mario es el niño mimado de Nintendo por obvias razones y que Ubisoft haya logrado tomar parte de su legado para adaptarlo a una de sus franquicias, es una gran responsabilidad. Ya con Kingdom Battle en 2017 había hecho un espléndido trabajo, pero ahora con Sparks of Hope la fórmula se expande y los detalles hacen de esta secuela sea una compra obligada para todo aquel que tenga un Switch en su casa.
Los RPG tácticos son parte de un género más grande al que es duro entrar por una tradición que los encasilla en juegos de ritmo lento, larga progresión y muchas vueltas.
Pero con Mario + Rabbids la fórmula es diferente, todo se siente más natural y fluye a tal punto, que, si no te lo dicen, estás ante un título que a veces comparte sangre con otros grandes nombres como Triangle Strategy, Final Fantasy Tactics, The Banner, entre otros.
Ubisoft logró aprender una de las máximas de Nintendo: los videojuegos son para todos y todos merecen disfrutarlos.

Sparks por montones
Seguramente los puntos de discusión sobre el GOTY 2022 estarán en otros ámbitos más comerciales como God of War Ragnarök, Elden Ring, Tunic, Horizon Forbidden West y más. Pero lo que hace este juego de Ubisoft es lo que cualquier jugador en el mundo busca: un momento de entretención directo, colorido, retador, variado y con personajes interesantes.
Desde un inicio la idea es llevar al jugador a que lo disfrute, por eso el tutorial es amigable, se siente como una primera misión importante y no como una guía obligatoria y rígida que toque seguir paso a paso. No, aquí desde el arranque hay libertad de elecciones y las limitaciones son pocas, porque el juego no teme a soltar todo lo que tiene para que sea fácil disfrutarlo y que dejar de jugarlo ya sea imposible.
A diferencia de la primera entrega, Sparks of Hope ya nos pone en un mundo en el que los personajes de Mario y los Rabbids conviven. Pero de la nada aparece un Spark y con él, el enemigo a derrotar.

La premisa es un cliché de los videojuegos. Una entidad malvada quiere apoderarse el universo y debemos ir por diferentes mundos destruyéndola y liberando las zonas. Un copy-paste, que pasa un poco de largo, pero ya estamos grandes para las mismas ideas y quizás se pudo buscar otro argumento.
El caso es que los Sparks están siendo capturados por esa entidad y debemos rescatarlos. Ellos a cambio otorgarán beneficios a los personajes para el combate y la exploración, como habilidades de agua, electricidad, fuego, etc.
En las primeras horas, será fácil obtener 10 Sparks, algo que no es un desbalance para el juego, porque de esa misma forma los enemigos van siendo más fuertes, pero sí pueden volverse paisaje y no un objetivo que cueste conseguir.
Libertad y exploración
Otro punto diferencial al primer juego es la libertad que tiene el jugador. Ahora se cambió la línea de pasos para movernos, por una zona en la que el personaje puede andar sin restricción y pararse donde desee las veces que quiera dentro de un turno. Esto permite que la estrategia de movimiento tenga un elemento fascinante porque es un golpe psicológico al jugador de que todo es posible en temas de ubicación, pero también le da una responsabilidad para saber posicionarse.
Los mapas se sienten más fluidos. Cortando esa línea de que los enemigos están de un lado y nosotros del otro. Hubo ocasiones en las que logré mover un personaje por todo el escenario en tres turnos, lo que les da equilibrio a los demás integrantes del equipo y no siempre optar por los de largo alcance.

Junto a esto se suma que los mundos que vamos rescatando tienen un toque de exploración. Ya no hay tanta linealidad como en el primero, y hay misiones secundarias para resolver en paralelo o una vez derrotemos al jefe final de la zona. No son los elementos más revolucionaros en la historia del gaming, pero aportan en medio de un juego que se puede volver repetitivo en sesiones largas.
Los puzles también están presentes. No hay ninguno imposible de resolver y hacen parte de ese toque diferencial para refrescar en medio de tanto combate.
¿Y el combate qué?
Este es el punto central de todo. Ya hemos mencionado elementos importantes como los Sparks, que pueden subir de nivel y la libertad de movimiento. A esto toca que sumarle que hay un árbol de habilidades (es un RPG) y personajes que se van sumando en medio de la aventura. Además, de elementos que podemos ganar o comprar, como vida, botas de movimiento, etc.
Es un sistema complejo, pero no difícil de aprender. De hecho, será cuestión de dos o tres combates y ya todo se dominará. La clave siempre está en la estrategia de los movimientos y el gasto de recursos para gestionar los disparos y las habilidades.
Cada personaje tiene un rol, unos más fuertes en ataque, otros en defensa, largo alcance, curación y demás. Pero en general no hay equipo malo. Irse con personajes totalmente fuertes no te va a hacer vulnerable del todo. Ser totalmente defensivo, tampoco te restringirá de atacar. Es una libertad interesante, que al final yo opté por rotar constantemente de equipo, también porque todos los personajes suben de nivel al mismo tiempo, algo que no es tan chévere.
Los enemigos son variados y tienen también roles y debilidades, todo dependiendo del mundo en el que estemos. Al igual que los escenarios que van cambiando de temática. Lo mismo con los objetivos, porque no siempre toca matar a todos y ya, a veces, se pedirá llegar a una zona, aguantar ciertos golpes, acabar ciertos objetivos. Una variedad que sirve mucho, aunque no termina de ser tan profunda.

¿Vale la pena este Mario + Rabbids Sparks of Hope?
Por su pollo. Es un juego obligado para cualquiera con una Nintendo Switch. Ubisoft demuestra que tiene buenas ideas y que pueden vivir más allá Assassin’s Creed. Con un juego muy bien hecho desde lo técnico, porque el que diga que la Switch es una consola que limita, tiene razón, pero los desarrolladores no tienen excusas porque con lo que ofrece se pueden hacer cosas de calidad al entregar buenas animaciones y lindas cinemáticas.
Eso sí, en Latam poco nos gusta el doble en castellano y las actuaciones de voz bajonean un poco en tiempos en los que este tipo de opciones son casi un obligado.
Sparks of Hope seguro no ganará el premio a mejor juego del año. Pero es una propuesta que se disfruta tanto que merece tener un lugar en nuestro historial gamer. Con personajes carismáticos, un combate muy variado, un acceso tan tranquilo que no se necesita ser un RPGlover para gozarlo y que experiencias de este tipo refrescan una industria que tiene tantas fórmulas instauradas.

¡@JuandGames_, good game!